El Puerto de Manzanillo comienza a recuperar ritmo hasta en un 60%, luego de semanas de ajuste como efecto de una serie de contratiempos operativos en la Aduana, que complicaron el movimiento de mercancías desde mediados de mayo.
La falta de personal en la Aduana, tras un despido masivo, sumada a bloqueos internos, provocó retrasos que aún se reflejan en las programaciones de ingreso y salida de mercancías, pero una llamada a los camiones y una aduana que trabaja 24 horas son signo de una recuperación más rápida.
Desde entonces, transportistas, agentes aduanales y operadores portuarios han intentado restablecer el flujo de operaciones mediante horarios extendidos y una reestructuración de citas para los camiones que deben recoger carga al interior del recinto.
La medida ha permitido recuperar alrededor del 60% del ritmo habitual en el autotransporte, según datos de la Alianza Mexicana de Organización de Transportistas (AMOTAC).
Ingresos por bloques
La Comunidad Portuaria de Manzanillo (Copoma) dijo que se implementaron ingresos escalonados para unidades de importación, priorizando operaciones entre las 3:00 y 12:00 horas hacia la Terminal Especializada de Contenedores (TEC), Contecon.
La medida se acompaña de un control más estricto en los accesos y de la apertura parcial por la zona norte para atender la demanda acumulada de camiones.
Contecon, en coordinación con la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), dijo por su parte que extendió su operación a turnos continuos del 13 al 15 de junio, con la intención de reducir los tiempos de espera y evitar una mayor acumulación de contenedores.
Esto permitió, todo el fin de semana, desahogar parte de las cargas pendientes, aunque no sin dificultades.
Un récord incómodo
En contraste con las dificultades recientes, Manzanillo reportó de enero a abril un movimiento de 1.29 millones de TEUs (medida de contenedor de 20 pies), un incremento del 16% respecto a 2022, según cifras de Asipona Manzanillo.
Sin embargo, el crecimiento, lejos de celebrarse, está revelando los límites de su capacidad operativa frente a contingencias.
Óscar Benavides, representante de la Asociación de Agentes Aduanales del Puerto de Manzanillo (AAAPUMAC), y Erika Reynoso, representante de SeaRates DP World, coincidieron en que la respuesta institucional ha sido funcional, pero insuficiente para evitar los efectos acumulados de una crisis que evidenció deficiencias previas.
Revisar fondo y forma
Según los actores económicos citados, el episodio obliga a replantear no solo protocolos de emergencia, sino también la gestión ordinaria del puerto.
La coincidencia es que la saturación no es nueva, pero quedó expuesta con mayor claridad en esta ocasión.
Lo que sigue es revisar estructuras y no volver a depender de maniobras coyunturales para mantener la operación a flote.
Por Edna Herrera / Síguenos en Facebook, X y LinkedIn