INTEC no ha cumplido con las autoridades financieras para ser monedero autorizado, amén de enfrentar un fraude de 50 millones de pesos por clonación masiva de tarjetas a otra empresa de vales  

No se explica cómo la COFECE, ahora a cargo de Andrea Marván Saltiel, institución cuya encomienda es velar por la sana competencia, haya determinado que INTEC, de Héctor Fabián Anaya sea la nueva proveedora de vales de despensa para los trabajadores del organismo, siendo que esa empresa cuenta con negro historial que va desde inhabilitaciones, hasta demandas por prácticas fraudulentas, y pese a ello se ha logrado colar a la 4T. 

Hablamos de la licitación pública No. 41100100-LP23-23 para la proveeduría de tarjetas electrónicas de vales de despensa, en la que Intec Medios de Pago S.A. de C.V. se hará de un contrato de alrededor de 20 millones de pesos por proporcionar dicho servicio. 

Previo al fallo emitido el pasado martes 14 de noviembre, la COFECE contaba con toda la información de una empresa que arrastra inhabilitaciones del gobierno de Zapopan, así como la negativa de autorización para ejercer como valera por parte del Servicio de Administración Tributaria (SAT), de Antonio Martínez Dagnino, sin embargo, el instituto regulador de la competencia hizo caso omiso y, mediante un proceso llevado a cabo bajo la propia Ley de adquisiciones de la COFECE, determinó como ganador a la polémica firma. 

En 2019 más de tres mil trabajadores del Hospital Civil de Guadalajara se vieron afectados por INTEC luego de que en las cuentas donde les depositaron su bono sexenal y de fin de año, les aparecieron cargos no reconocidos, mientras que en otras las tarjetas se encontraban bloqueadas, lo que implicó una demanda colectiva por más de 30 millones de pesos. 

Ahora como era de esperarse las empresas participantes han presentado sus  inconformidades, pero llama la atención que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en su compromiso por la transparencia y la equidad, permita que la COFECE habrá la puerta a empresas con antecedentes plagados de irregularidades.

La ruta del dinero

The Competitive Intelligence Unit (CIU) reporta que entre 2019 y 2021, es decir en solo dos años, hubo un aumento en la concentración en el mercado de publicidad digital, estimado en 19%. Ese comportamiento, dicen sus economistas, se confirma al observar las participaciones de mercado donde Meta y Google concentran el 82.4%, un nicho que crece fuerte, pero que es menos competitivo. Esto último no es ocurrencia, porque por un lado el reporte advierte de medidas anticompetitivas en el negocio de publicidad digital y explica en qué consiste esa conducta por parte de las grandes tecnológicas, amén de fallas regulatorias que permiten que esos jugadores aprovechen las ventajas de ser grande para apropiarse prácticamente del atractivo mercado. Por otro lado, anote el elocuente anuncio de Cofece de la semana pasada señalando que encontró que una empresa habría abusado de su posición dominante en la publicidad digital, y habría incurrido en prácticas monopólicas relativas, que son consideradas anticompetitivas al dañar a los mercados y perjudicar a los consumidores. Y bueno, medios especializados han adelantado que la empresa sujeta a investigación por el ente antimonopolio es Google.