SSA Marine MIT duplicó su flota de grúas automáticas, reorganizó patios y optimizó espacios para contener el impacto de la congestión marítima que elevó los tiempos de permanencia de carga en Latinoamérica, de un promedio de cinco a siete días hasta 10 o 12 días a inicios de 2024.
La operadora mundial de puertos se vio precisada a aplicar estas medidas en medio de un comercio internacional marcado por la volatilidad, las tensiones geopolíticas y la reconfiguración de rutas, de acuerdo con planteamientos realizados en la reunión global de puertos, TOC Américas 2025.
El ajuste refleja la respuesta operativa de una industria que enfrenta una presión sin precedentes, se explicó durante el panel “Gestionando las complejidades de la cadena de suministro en las Américas”, en el encuentro realizado en Panamá, donde líderes del sector coincidieron en que la disrupción se ha vuelto estructural.
El encuentro, moderado por Ricardo Sánchez, Co-Director de la Cátedra Khüne en Logística de la Universidad de los Andes, reunió a Larissa Barrios (SSA Marine MIT), Pablo Cuevas (Deep Blue Ship Agency), William Elliott (Colon Container Terminal & Colon Logistics Park), Rodolfo Sabonge (Ministerio de Economía y Finanzas de Panamá), Pilar Larraín (COLSA), Raquel Loanda (PSA BDP) y Carlos Palacios (GEODIS Colombia).
De la reacción al rediseño
La pandemia expuso la vulnerabilidad de las cadenas logísticas globales y aceleró la búsqueda de mayor control y proximidad. Luego llegó el “nearshoring”, acercando la producción a los mercados finales y ahora, la tendencia es el “friendly-shoring”, que prioriza a países aliados en medio del aumento de tarifas y tensiones comerciales entre potencias.
Pero esta relocalización tiene un costo alto y complejidad técnica, porque “reubicar las cadenas completas no es tan sencillo como mover una planta de ensamblaje; implica rediseñar la infraestructura, los contratos y la logística del día a día”, coincidieron los panelistas.
La consecuencia inmediata ha sido un mercado dividido entre la planificación a largo plazo y la capacidad de reacción inmediata, mientras los actores portuarios, logísticos y navieros deben adaptarse a una nueva realidad donde la eficiencia depende tanto de la tecnología como de la coordinación entre eslabones.
Congestión y respuestas rápidas
En ese escenario, Larissa Barrios, directiva de SSA Marine MIT, explicó cómo esta terminal enfrentó los efectos de la congestión regional en Panamá.
“El principal efecto de la congestión en América Latina es el incremento del tiempo de permanencia de la carga dentro de las terminales. A inicios de 2024, el promedio era de cinco a siete días; sin embargo, debido a la congestión y a factores climáticos, ese tiempo se extendió de 10 a 12 días en los primeros meses del año”, señaló.
De hecho, para mitigar el impacto, la compañía reforzó la comunicación con sus clientes.
“Fortalecimos la comunicación proactiva, informando qué contenedores tenían mayor estadía y cómo estaban estibados dentro del terminal, para apoyarlos en la evacuación oportuna de su carga”, añadió.
Y continuó: la estrategia permitió optimizar flujos y reducir los tiempos de espera en un entorno de alta presión en las operaciones.
Automatización como escudo
Barrios destacó que la innovación ha sido el eje de la respuesta en SSA Marine MIT, reorganizando áreas destinadas originalmente a carga rodante para uso de contenedores o ganando espacio sin expansión física.
“Reorganizamos la distribución del patio, adaptando áreas destinadas a carga rodante para uso de contenedores, lo que nos permitió optimizar el espacio y aumentar la productividad”, explicó.
La automatización fortaleció esa estrategia desde 2015, cuando “iniciamos un proceso de automatización con grúas de patio automáticas. El año pasado duplicamos la flota, pasando de seis a doce grúas, lo que nos permite manejar mayor volumen en el mismo espacio físico”, afirmó.
Como resultado, las medidas elevaron la capacidad de respuesta y se redujo la dependencia de variables externas.
Resiliencia como condición
Aunque los indicadores muestran una mejora gradual, Barrios advirtió que la estabilidad aún no está garantizada.
“Vemos avances, pero sabemos que el entorno seguirá cambiando; por ello debemos seguir adaptándonos para mantener la eficiencia y la competitividad”, dijo.
Esta última visión, de hecho, representa el consenso del panel en el sentido de que la resiliencia ya no es una ventaja, sino una condición básica para operar en un comercio impredecible.
Los participantes coincidieron en que la integración logística, la trazabilidad total y la colaboración entre actores públicos y privados serán determinantes para la sostenibilidad del sistema, dada la importancia de contratos indexados frente a la volatilidad y de corredores intermodales que conectan puertos, ferrocarriles y zonas francas.
En un mercado global donde cada hora cuenta, SSA Marine MIT es un ejemplo del esfuerzo por transformar la gestión portuaria desde dentro, mediante un modelo operativo basado en innovación y adaptación constante.
Especial del corresponsal en TOC Americas / Síguenos en Facebook, X y LinkedIn


