Los grandes proyectos de infraestructura tienen el reto de ser sustentables ante los objetivos de la agenda medioambiental a nivel global hacia el 2030.
La consultora de administración estratégica global, McKinsey & Company, estimó que se requerirá de una financiación de 3.7 billones de dólares al año para los principales proyectos de infraestructura en todo el mundo, entre el 2016 y el 2035.
Por lo que plantearse la necesidad de invertir en la digitalización de proyectos de construcción y en la capacitación de sus líderes es urgente, para diseñar proyectos que contribuyan a lograr un mundo más sustentable.
En México, ocho proyectos -por encima de los 1,000 millones de dólares- encabezan la agenda de infraestructura del Gobierno. Entre ellos destacan el tren interurbano México-Toluca, el tren de alta velocidad México-Querétaro y, la insignia: el Tren Maya.
En cuanto a edificios verdes en la CDMX, algunos de éstos generan ahorros de hasta 50% en energía, 60% en agua y 80% en la disminución en la generación de residuos.
La entrega de estos proyectos tiene una correlación directa con la capacidad y habilidades de los equipos que trabajan en ellos, por lo que requiere priorizar la evolución del sector y aprovechar nuevos métodos, soluciones y tecnologías, como la topografía, geolocalización de alta definición, el modelado de información de construcción 5G y el internet de las cosas.
Ricardo Triana, director general de Latinoamérica y director global de construcción de PMI, dijo que otro punto que no se puede dejar de lado, es que se requieren profesionales con las habilidades adecuadas para llevar a cabo dichos proyectos, pero también para dar paso a una transformación de esta industria.
Los especialistas concluyeron que la tecnología es simplemente un habilitador, al final son las personas y sus habilidades las que son clave para mejorar el desempeño de los proyectos.
En el panorama mundial se muestra que la urbanización aumenta y, por lo tanto, también lo hace la demanda de agua, aeropuertos, carreteras, puertos, redes eléctricas y de comunicación.
Además, el cambio climático será un factor importante que impulsará el desarrollo de la infraestructura. En el caso de Estados Unidos y la Unión Europea, ambos se han comprometido con la neutralidad de carbono para el 2050, mientras que China ha hecho lo mismo para el 2060.
Daniel Zurita
