Cinco puertos comerciales reciben maíz amarillo que arriban al país en buques graneleros desde los EE.UU., hasta con 6 millones 804 mil 057 toneladas, el 41.1% del total de las importaciones registradas el año pasado.
Alrededor de estas importaciones, se mueve una poderosa cadena de suministro integrada por terminales, silos, buques, ferrocarriles y camiones para su transportación al interior del territorio mexicano.
Dicha industria adquiere mayor relevancia en este momento, frente a las tensiones desatadas por el gobierno de México ante los EE.UU., como efecto de un decreto que ordena dejar de comprar maíz transgénico a partir de 2024, lo que afectaría a una amplia cadena de suministro de entrada, en ambos países.
Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) dijo que, al bajar el ritmo de las importaciones del grano, de una forma tan considerable, se afectará de manera significativa la logística del transporte, con fuertes consecuencias negativas para todos los agentes económicos involucrados.
Las compras de maíz en el extranjero por parte de México, se debe a la baja producción nacional de alrededor de 27.5 millones de toneladas de maíz amarillo anualmente, precisó.
Esta cantidad no alcanza a cubrir la demanda de con consumo nacional.
En tanto, únicamente se producen 3 millones de toneladas, de la mayoría de variedades del maíz blanco y amarillo, lo que demuestra que el país requiere de las importaciones del grano de los EE.UU.
De acuerdo con el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), México sumó el año pasado un total de 16 millones 536 mil 240 toneladas de maíz amarillo importadas de EE.UU., Brasil y argentina.
Importaciones por puerto
Los sustanciales volúmenes de importaciones, hacen que los puertos sean el segundo nodo logístico para el ingreso del maíz al mercado nacional, atrás de las fronteras dominadas por el ferrocarril y miles de camiones que cruzan entre ambos países.
Los puertos del Golfo de México representan los principales puntos de entrada del grano por vía marítima, encabezados por Veracruz, que alcanzó un volumen de 3 millones 256 mil 501 toneladas, para situarse en el 19.7% del total de las importaciones del grano.
Al extremo del Golfo de México, en la península de Yucatán, el Puerto Progreso recibió un millón 455 mil 929 toneladas, el 8.8% de las importaciones.
En tanto, Tuxpan, el recinto portuario más cercano al Valle de México, registró una recepción de hasta 856 mil 605 toneladas para ubicarse en el 5.2% de las importaciones de maíz amarillo.
Mientras que el puerto de Altamira alcanzó el 3.7% del movimiento del maíz procedente del exterior vía marítima, con hasta 618 mil 944 toneladas; en tanto, Coatzacoalcos obtuvo un registro total de 616 mil 079.
El analista del GCMA, advierte que estas cifras representan la relevancia del movimiento de granos, por lo que el cierre de las importaciones afectaría a los puertos y a la cadena logística. Esto conlleva a todos los agentes económicos involucrados en la compra, venta, almacenamiento, manejo y procesamiento de granos, con operaciones en México como en EE.UU.
“De llevarse a cabo a pie y puntillas el decreto que cierra las importaciones de maíz transgénico por presuntos daños a la salud, traería un daño severamente perjudicial a la cadena logística de transporte”, agregó.
Dicho decreto, emitido el 13 de febrero, por Andrés Manuel López Obrador, argumenta que el maíz transgénico representa riesgos a la salud de los mexicanos.
Sin embargo, el gobierno mexicano no ha demostrado científicamente ese argumento.
Únicamente en el Puerto Veracruz, existen empresas como Cargill, Kellogs, así como Cilos y terminales graneleras nacionales que se verían afectadas severamente al detener las importaciones del maíz estadounidense, afectando factores de ocupación, una baja en la operatividad, pérdidas económicas y empleos.
Tránsito en fronteras
Prácticamente a lo largo de los tres mil kilómetros, a través de ocho puntos fronterizos también se mueven importaciones de maíz, desde los EE.UU., principalmente en trenes y en una menor proporción en camiones, aunque no dejan de ser cientos de miles.
Se trata de un tránsito total de 9 millones 732 mil 183 toneladas, lo que representó en 2022, el 59% del total de la entrada de granos vía terrestre a México.
Un ejemplo de la importancia del movimiento fronterizo es Grupo México Transportes, que reportó hasta 25% de sus ingresos, como procedentes del segmento de granos. Esto, durante el cuarto trimestre del 2022, aun cuando existe integrada a esa cifra, una parte proporcional de movimiento nacional.
A través de Nuevo Laredo (la cuarta frontera estadounidense), transitaron unas 5 mil 291 mil 183 toneladas de maíz amarillo, lo que significó el 32% de las importaciones terrestres del año pasado.
Al mismo tiempo, Ciudad Juárez captó 2 millones 335 mil 382 toneladas, es decir el 14.1% del total de las importaciones del año pasado.
Por la frontera de Piedras Negras se registró un movimiento de un millón 327 mil 781 toneladas, para situarse en el 8% de la importación de maíz amarillo estadounidense.
A través de Nuevo Progreso se reportaron hasta 260 mil toneladas con 1.6%; en contraste con Nogales de 195 mil 549 con el 1.2% de aportación
Asimismo, el cruce fronterizo de Mexicali, captó unas 183 mil 804 toneladas con el 1.1%; mientras Tijuana registró 39 mil toneladas de grano al colocarse en el 0.2% del total de importaciones de maíz amarillo estadounidense.
El impacto
Al advertir el significativo movimiento de importaciones de maíz amarillo, Juan Carlos Anaya, argumenta que el impacto al precio del maíz nacional por una mayor demanda, generará una más amplia inflación para el producto.
“Con estas decisiones puede afectarse económicamente al sector pecuario, agroindustrial, a la industria y pondrá bajo amenaza alterar el comercio agrícola bilateral por miles de millones de dólares”, dijo.
El especialista alertó que la prohibición, “sí tendría un impacto negativo al no permitir el abasto de maíz amarillo destinado a la península o el sureste, seguramente el efecto será un alza en los precios de grano”.
“Para nuestro sector agroalimentario, la relación comercial con Estados Unidos, es prioritaria, siendo mercados complementarios, por contar con cadenas de suministro muy integradas, permiten garantizar como en ninguna otra región del mundo la seguridad alimentaria de toda la población", dijo Cortina Gallardo, presidente del CNA.
Lo cierto es que el gobierno federal generó un decreto, que se hará efectivo a partir de enero del 2024. y que tensa las relaciones comerciales con nuestro principal socio comercial.
Las cúpulas del sector empresarial argumentan que, de llevarse a cabo un panel de controversia comercial por la prohibición de importaciones de maíz transgénico a partir de 2024, México tiene muchas posibilidades de perder.
Edna Herrera
