Hace casi 10 años, el ingeniero Daniel Osorio Alfaro, acompañado de su socia comercial, lanzaron la Agencia Marítima Consignataria OSOIALFA, su primer emprendimiento en el sector naval, que hoy sigue avanzando con firmeza, gracias a una nueva división de barcazas, dedicadas al transporte de materiales para el Tren Maya.
De personalidad perspicaz y curtido en los retos de negocios, el director y accionista de la compañía, abrió los servicios de agencia naviera como un complemento a las actividades de agencia aduanal, el nicho original de la empresa.
Se trataba de expandirse ante la necesidad creciente de ofrecer servicios integrales al comercio exterior teniendo como base el puerto de Dos Bocas, Tabasco, y sus mercados regionales.
La agencia aduanal había empezado bajo el nombre de Especializados en Servicios Aduaneros y, actualmente, MARBE Logística, surgida hace más de 20 años como empresa familiar con la participación de su hermana Silvia Osorio Alfaro.
Daniel, graduado en ingeniería de sistemas, y Silvia, con licenciatura en administración, estaban destinados a encabezar un proyecto empresarial con un gran horizonte.
Los dos hermanos habían iniciado años atrás como capturistas, representando a otras agencias aduanales, pero pronto decidirían escribir su propia historia, luego de haber adquirido el expertise que les permitió dar el siguiente paso y ser artífices de su propia empresa.
Con ese primer paso y la incorporación al proyecto de Marco Antonio Horton Gutiérrez, quien cuenta con un amplio conocimiento del sector marítimo y de las necesidades de carga regionales, OSOIALFA pronto se expandiría a todos los puertos del Golfo de México, desde Altamira, Tamaulipas, hasta Progreso, Yucatán, y recientemente al Caribe, en Puerto Morelos, Quintana Roo.
Una oferta de servicios con estándares más eficientes en las actividades aduanales dotó a la empresa, al mismo tiempo, del impulsó suficiente para convertirse en un integrador marítimo, terrestre y aéreo.
Dos décadas después de operar como negocio familiar ambas divisiones, aduanal y consignataria, se ha convertido en un fuerte grupo conformado por cuatro divisiones: transporte, agencia aduanal, agencia marítima y reciclados.
Gracias a ese desenvolvimiento, hoy cuenta con más de 50 colaboradores comprometidos con la visión y misión de OSOIALFA, con quienes día a día construye más futuro y navega en otros mares de negocios.
A la fecha es una compañía que sigue avanzando hacia la consolidación en el Golfo de México.
“Hemos integrado a personas comprometidas con el proyecto, dedicadas, con pasión en lo que hacemos y consideramos que, a su vez, somos el resultado de lo que hemos logrado hacer; a base de no quedarnos con un NO, en cualquier operación. Siempre buscamos el cómo SÍ. No somos una agencia aduanal o agencia naviera tradicional, ni nos dedicamos o enfocamos en una sola línea”, dice Daniel Osorio.
De hecho, la búsqueda constante de nuevos retos, a medida de estudiar y valorar cada caso, ha permitido configurar, con pasión, las mejores soluciones logísticas como herramientas clave en las relaciones con los clientes.
Un nuevo desafío
Como cualquier tarea inacabable, OSOIALFA aún tendría mayores retos para crecer y contender en proyectos de otros calados. El balasto del Tren Maya se alzaría como una oportunidad única.
Gracias al prestigio y fortaleza atraído por los competitivos servicios de agencia naviera, el gobierno otorgaría al grupo la confianza de la importante tarea de proveer uno de los proyectos insignia: el servicio de acarreo del balasto para la obra ferroviaria del Tren Maya.
Con una inversión significativa en embarcaciones tipo barcazas-remolcador especializadas en arrastres a corta distancia, en el 2021 la empresa inició una ruta de cabotaje marítimo de Veracruz a Seybaplaya y Progreso.
“Nos dimos a la tarea de ir incursionando en esa etapa y pudimos ir concretando la adquisición de embarcaciones, y actualmente tenemos tres operando”, comentó Osorio.
Las barcazas tienen una capacidad de 7 mil 300 toneladas cada una, con remolcadores de 2 mil 400 caballos y de 3 mil 800 caballos, que hacen el arrastre hasta el destino.
Esto ha llevado a la compañía a integrar una ruta logística de alcance intermodal. Las canteras de balasto situadas en Actopan y en Cardel, Veracruz, a unos 60 kilómetros del puerto, representan todo un desafío para mantener la continuidad.
Desde los sitios de extracción se transporta la grava vía terrestre en góndolas hacia el puerto, en donde se transfiere a las barcazas que cargan unas 7 mil 300 toneladas, por cada una. El desplazamiento de Veracruz a los puertos de Seybaplaya o Progreso, es destino final de la operación marítima.
A la fecha las embarcaciones han transportado más de 250 mil toneladas, de un estimado total que supera los 2 millones de toneladas requeridas en los diferentes tramos de la obra ferroviaria.
Off shore, remolque y petróleo
Con esta experiencia y el ímpetu económico para seguir desarrollándose, al concluir este proyecto, los empresarios buscarán abrir con las embarcaciones un servicio de carga en la misma ruta del negocio actual.
La idea a mediano y largo plazo es crear una línea de off-shore, atendiendo a las plataformas marinas y barcos de perforación. Además, participar en proyectos clave en Coatzacoalcos y en Dos Bocas, de servicios a embarcaciones de altura.
El objetivo es, además, avanzar hacia las actividades de apoyo a la exploración ante el progreso de los bloques en el Golfo de México, virando hacia nuevos conceptos de servicios.
Todos estos esfuerzos con la meta del éxito, basado en una firme filosofía del CEO, Daniel Osorio.
“Si hemos logrado avanzar consistentemente, es porque nos hemos apoyado en hombros de gigantes”, dice al reconocer que, lograr el éxito se requiere del apoyo y respaldo de un gran equipo de trabajo.
Gabriel Rodríguez