TRAXIÓN, conglomerado de transporte y logística, anunció un crecimiento del 21.0% en ingresos durante 2T23, llegando a 1,036 millones de pesos. El segmento de logística y tecnología creció 47.5% y movilidad de personas un 20.0%. Nearshoring impulsó oportunidades en el Norte y Bajío de México. El crecimiento fue orgánico, reflejando demanda sana.
Los costos totales subieron 14.3%, pero se mantuvieron por debajo del crecimiento de ingresos, mejorando eficiencia al 450 punto base. Costo laboral aumentó 68.5% por expansión de plantilla y adquisiciones. Gastos generales subieron 52.3%, en parte por plan de reducción implementado en 2T22 para contrarrestar aumento del combustible.
A su vez, el resultado integral de financiamiento aumentó 92% por mayores gastos de intereses y apalancamiento para enfrentar el crecimiento del negocio, de acuerdo con su reporte trimestral enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
TRAXIÓN destaca en el sector gracias a su sólido desempeño y enfoque estratégico para seguir prosperando.
Impulsa la sostenibilidad
Al mismo tiempo TRAXIÓN, siguió avanzando hacia la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental, según el informe trimestral, que reportó 1,000 millones de dólares en EBITDA, un crecimiento del 35.3%.
Este éxito financiero ha permitido a la empresa consolidar su estrategia de expansión hacia el mercado estadounidense, con la adquisición de BBA Logistics, una prestigiosa empresa brokerage de carga.
La empresa también ha culminado con éxito las pruebas para la adopción de camionetas eléctricas de cero emisiones para última milla, siendo pioneras en el transporte de insumos médicos refrigerados. A treves de su subsidiaria Medistik, se ha convertido en el primer operador logístico en México en emplear estas unidades eléctricas.
De igual forma, TRAXIÓN está buscando combustibles alternativos para reducir su huella de carbono, por ello ha decidido incorporar a su flota, 43 tractocamiones con motor Euro VI de última generación a gas natural y biometano. Estas tecnologías han demostrado una eficiencia energética un 11% mayor que los motores diésel, lo que se traduce en una significativa reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Daniel Zurita