VERACRUZ, Méx. - El puerto de Veracruz amaneció cubierto por un cielo algo brumoso pero soleado, de esos que anuncian llovizna, pero se contienen solo para dejar al calor apoderarse de la Bahía Norte y del nuevo pavimento… de su nueva joya.
Una Bahía vibrante con barcos descargando, el silbido de los vientos marinos y un rumor creciente de voces que se reunían para atestiguar un día que, desde temprano, se sabía sería histórico.
Al fondo, las grúas relucían como colosos recién ungidos, con su pintura nueva brillando bajo los destellos que lograban colarse entre las nubes. Los contenedores, alineados en patios impecables, eran testigos mudos de una transformación largamente esperada.
Más de 200 invitados cruzaban los nuevos patios de concreto, saludándose entre sones jarochos y el repiqueteo de guitarras que daban ambiente de fiesta.
Autoridades de todos los niveles, empresarios, directivos de compañías nacionales e internacionales, militares y funcionarios aduaneros se congregaron como piezas de un mismo engranaje: al centro, los anfitriones Fernando Con y Ledesma y Leoncio Pérez López marcaban el pulso de la mañana.
Orgullo veracruzano
Las palabras de Fernando Con, vicepresidente del Consejo de Administración de Grupo CICE, resonaron entre contenedores apilados y muelles extendidos hacia el horizonte.
“Hoy es un día muy especial para el comercio exterior de nuestro país, para el sistema portuario mexicano y para nuestro querido e histórico puerto de Veracruz”, declaró con una mezcla de emoción y alivio.
A nombre de los 116 accionistas de Grupo CICE y del presidente del Consejo de Administración, Alfonso Díaz de la Vega, Fernando Con destacó que muchos pudieron pensar que no se lograría desarrollar en tan poco tiempo la terminal, actualmente ya la segunda más importante del Golfo de México, al referirse a los múltiples factores que fue necesario coordinar y resolver.
Y es que no era para menos: la Terminal Semiespecializada de Contenedores y Carga a Proyecto se levantó en tiempo récord, con una inversión inicial de 4,150 millones de pesos, que forma parte de un megaproyecto que alcanzará los 7,000 millones.
Una cifra monumental, símbolo de confianza en un puerto que desde hace más de 500 años conecta a México con el mundo.
Mientras todo esto resonaba en los diferentes discursos, al fondo un buque portacontenedores descargaba sus primeras piezas sobre el nuevo muelle. Ahí, el dirigente empresarial recordó que muchos dudaron de que este proyecto pudiera concretarse tan rápido.
Pero con la fuerza conjunta de asesores financieros, instituciones bancarias, constructoras, autoridades portuarias y aduaneras, el éxito se materializó.
“Misión cumplida, estamos listos”, remató, provocando un aplauso que rebotó entre las grúas y los patios de concreto.
Tecnología, músculo y modernidad
A cada paso, el visitante se topaba con la dimensión de lo logrado. La terminal dispone de 22 hectáreas, 550 metros lineales de muelle y dos posiciones de atraque con 14 metros de calado oficial, listos para recibir las nuevas generaciones de buques portacontenedores.
La capacidad instalada permite mover hasta 500,000 TEUs anuales, y una espuela ferroviaria de 1,970 metros refuerza su operación multimodal.
El propio Leoncio Pérez López, director general de CICE Veracruz, en su papel de maestro de ceremonias, destacó cómo la terminal está preparada para atender los más exigentes proyectos de carga.
“Esto no solo es infraestructura. Es una visión logística que mira a las próximas décadas”, apuntó.
La conectividad que promete es estratégica: enlazará al puerto de Veracruz con Europa del Norte, el Mediterráneo, el Caribe, Sudamérica y buena parte del centro y Bajío mexicano. De hecho, la segunda fase ya tiene fecha: agosto de este mismo año.
Reconocimiento a la inversión
En su momento, desde el templete principal con un buque de fondo, la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, recordó el carácter local de la inversión.
“Es un orgullo saber que detrás de esta obra hay capital veracruzano, cien por ciento mexicano. Este proyecto es mucho más que una terminal logística: representa una visión de modernidad y confianza en el futuro de Veracruz”, expresó.
Dirigiéndose a Fernando Con y a Leoncio Pérez, la mandataria reconoció que la infraestructura económica de un estado se construye con inversión privada de largo plazo, pero también con certeza jurídica y condiciones competitivas, las cuales —afirmó— Veracruz garantiza hoy.
En esa misma línea, el director del puerto de Veracruz, almirante Abraham Eloy Caballero Rosas, subrayó la relevancia operativa que tendrá la nueva terminal para todo el sistema portuario nacional.
“Este recinto será uno de los más importantes nodos para el movimiento de carga desde y hacia Europa, Sudamérica y Estados Unidos”, sostuvo.
Un día para recordar
El acto de inauguración no fue solo un corte de listón: fue una ceremonia cargada de símbolos.
El son del tilingo lingo había recibido a más de 200 invitados, como fondo mientras el barco descargaba contenedores, las grúas se alzaban orgullosas y los invitados recorrían la obra que ya dejó de ser un proyecto para convertirse en una realidad tangible.
Los nombres de quienes asistieron y colaboraron en este esfuerzo quedaron inscritos en la memoria de un día caluroso y nublado que se tornó luminoso en el ambiente corporativo del puerto.
Más de 500 empleos directos y 1,200 indirectos fueron generados hasta ahora, y Veracruz reafirmó su lugar como eje logístico del Golfo de México.
El puerto, eterno testigo de arribos y despedidas, vivió otra jornada memorable que bien podría contarse entre los episodios que marcan época.
Y ahí quedaron los acordes jarochos, el crujido de los remolcadores y el eco de un “Misión cumplida” que ya forma parte de su historia.
Por Gabriel Rodríguez / Síguenos en Facebook, X y LinkedIn