CIUDAD DE MÉXICO.- El confinamiento de las vías por donde atraviesan las redes ferroviarias forma parte del proceso normal de la modernización de infraestructura del sector, ante la expansión de las ciudades y la necesidad de mayor seguridad en las operaciones de transporte y de eficiencia en la logística de los productos de consumo para el mercado doméstico e internacional.
| Por Pedro Alfonso / Opinión |
La urbanización ha significado uno de los más grandes desafíos para todas las industrias, en especial para la infraestructura, que debe ofrecer soluciones cada vez más efectivas desde el punto de vista energético, de suministro de productos y tráfico, buscando preservar la calidad de vida en las grandes urbes, garantizando la competitividad y respetando al mismo tiempo los recursos naturales y el medio ambiente.
La protección de vías mediante barreras de concreto especializadas han sido usadas por décadas por trenes de pasaje y carga en todo el mundo, así como en muchas ciudades de México; ejemplo de ello es la línea 2 del Metro, entre las estaciones San Antonio Abad y Taxqueña; el Tren Ligero de la Ciudad de México; y el Tren Suburbano de Buenavista a Cuautitlán.
Otro ejemplo de ferrocarril de carga confinado es Ferrovalle, que dentro de la Ciudad de México mantiene vías protegidas por cercas especializadas desde los años 70, para resguardar sus patios ferroviarios y terminales.
Como efecto de los cambios demográficos y la urbanización, en México las ciudades han alcanzado a los Derechos de Vía que fueron concesionados a los ferrocarriles de carga, debido a que las poblaciones se desarrollaron a los costados de las líneas ferroviarias a lo largo del siglo XX; como en Europa, donde los ríos fueron las vías del comercio y transporte de personas por siglos.
Las áreas metropolitanas de México siguen desbordándose hacia regiones municipales, de hecho la población conjunta de las 59 zonas metropolitanas de México equivale al 60% del total de estas concentraciones urbanas, por tanto los ferrocarriles toman medidas permanentes de protección a los Derechos de Vía, para mantener la eficiencia de sus operaciones.
Los esfuerzos de las compañías de ferrocarriles se han enfocado a fomentar el crecimiento sustentable a largo plazo, integrando soluciones eficientes que buscan el equilibrio entre los aspectos ecológicos, económicos y sociales a lo largo de una red de más de 20 mil kilómetros.
Es así que desde la transición de empresa estatal a industria concesionada, las compañías ferroviarias tienen especial interés en ofrecer respuestas a estas cuestiones, colaborando con el gobierno federal; con más de 25 estados y cientos de municipios, en el desarrollo de la infraestructura adecuada para la convivencia de los trenes sin afectar las actividades de las ciudades.
De esta forma, anualmente se invierten importantes recursos en la construcción de pasos vehiculares a desnivel, puentes peatonales, cruceros a nivel de calles, pasajes peatonales y confinamiento de vías que permitan el eficiente tránsito ferroviario, en donde las vías han quedado atrapadas dentro de los centros urbanos.
La industria ferroviaria enfrenta además el reto de preservar la seguridad de las vías y el tránsito de los trenes en las ciudades sin descarrilarse, para ello se desarrolla infraestructura de confinamiento de vías que evita daños al patrimonio de terceros y protege la vida de las personas de los grandes centros de población o de comunidades semiurbanas.
Un ferrocarril requiere para frenar una extensión aproximada a 10 campos de futbol, por tanto en muchas regiones y centros urbanos, ha sido necesario confinar las vías para evitar accidentes y proteger las casas de cientos de familias y la vida de las personas, de lo contrario en el futuro un accidente ferroviario podría tener consecuencias dramáticas.
Hoy la población sigue creciendo y la esperanza de vida aumenta. Conapo calcula que en los próximos 25 años, habrá 17 zonas metropolitanas en donde vivirán 54.4 millones personas, lo que representa un reto desde ahora para desarrollar infraestructura adecuada que satisfaga la necesidad creciente de abastecer materias primas, movilidad y salud, sin afectar su entorno.
Por ello la industria ferroviaria toma medidas desde ahora para la disminución considerable de gases de efecto invernadero, aumentando la eficiencia energética y el uso sustentable de recursos, generando además ahorros económicos importantes.
De ahí que entre las soluciones a la creciente demanda de desplazamiento de productos e insumos en las próximas décadas, se encuentre la construcción de sistemas ferroviarios protegidos que permitan la continuidad de las actividades de los centros urbanos, mediante el desarrollo de infraestructura especializada, lo que será una constante en todo el país.