CIUDAD DE MÉXICO.- En medio del colapso de la economía debido a la crisis sanitaria que afecta los volúmenes de carga, las líneas cortas de ferrocarriles resintieron un mayor impacto en el primer semestre de 2020, mientras el movimiento total del sistema ferroviario caía 4.27% en toneladas netas, hasta los 58.96 millones.
| Daniel P. Zurita |
La compañía concesionaria más afectada es el ferrocarril Coahuila-Durango (LCD), que se derrumbó hasta 30.24% para ubicarse en las 1.15 millones de toneladas en los primeros seis meses del año, frente a las 1.65 millones en el mismo lapso de 2019.
El panorama también fue también desastroso para la compañía del gobierno Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT), actualmente operado por el Corredor del Istmo, que se desplomó hasta 22.72%, y se ubicó en un nuevo mínimo de 0.23 millones de toneladas.
En tanto el Ferrocarril y Terminal del Valle de México (Ferrovalle), ajustó su avance a 85 mdt, hasta 29.68%, mientras que frente al inicio del peak season, avisora una elevación de la perspectiva.
La vía corta Tijuana-Tecate del denominado comercialmente Baja California Rail Road (BCRR), registró un retroceso del 5.08%, con un movimiento que llegó a un nuevo mínimo de 0.07 millones de toneladas netas.
A su vez, a causa de labores de mantenimiento que se han extendido por años, otra de las empresas del gobierno, la Compañía de Ferrocarriles Chiapas-Mayab (CFCH-M), continuó sin prestar el servicio ferroviario en el sureste del país.
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