CIUDAD DE MÉXICO.- Los proyectos para ampliar el sistema de transporte público impulsados por el gobierno de la Ciudad de México, han impactado negativamente la movilidad de la ciudad en muchas áreas, ha repercutido en traslados más largos de millones de personas, asfixiado el tránsito local de grandes perímetros de la ciudad, ha propiciado la quiebra del comercio y ha ignorado a otros modos de transporte.
| Daniel P. Zurita |
Uno de los desarrollos altamente cuestionados por su inviabilidad es el Metrobús que ha estrangulado prácticamente a todas las arterias de la Ciudad, desde su creación el 19 de junio de 2005, cuando se construyó la línea 1, el corredor Insurgentes con la ruta Doctor Gálvez-Indios Verdes.
No obstante, el sistema ha crecido exponencialmente prácticamente como única solución: la línea 2 de Tacubaya-Tepalcates; línea 3, Etiopía-Tenayuca; línea 4, Terminal 1 y 2 Aeropuerto-Hidalgo; línea 5, Río de los Remedios-Río Consulado; L6, Villa de Aragón-El Rosario y 7, de Indios Verdes-Glorieta Cuitláhuac.
En su construcción se afectaron calles, avenidas principales, ejes viales, se redujeron banquetas, se han registrado daños estructurales a casas y se ha propiciado la quiebra de innumerables comercios por la falta de accesibilidad y visibilidad, necesarias para las ventas.
Los ejes viales aplaudidos mundialmente como un ejemplo de conectividad urbanística, han sido prácticamente desmantelados y obstruidos por infraestructura de avenidas y estaciones exclusivas para metrobuses, sin evaluar alternativas más amigables y menos agresivas como el tranvía o trolebús.
Bajo el mismo esquema, el Gobierno de la Ciudad de México que encabeza Claudia Sheinbaum, actualmente amplía la Línea 3 con una inversión de 459.2 millones de pesos (18.8 MDD), a pesar de un fuerte movimiento de los vecinos de la Alcaldía de Benito Juárez.
De acuerdo con los vecinos, el gobierno de la Ciudad de México se niega a variar el proyecto, pese a que prácticamente cancelará la conectividad de colonias como Nápoles, Del Valle, Xoco, Letrán Valle, entre otras, dejando dos carriles para automóviles, lo que repercutirá en traslados de casi una hora entre estas colonias.
El nuevo Metrobús que cancelará a la avenida Cuauhtémoc, como una vía de conectividad rápida, correrá del Metro Etiopía a Río Churubusco.
Paran obras momentáneamente
Por ahora la intervención y el activismo de los vecinos de Benito Juárez ha detenido las obras. De acuerdo al portal de la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México, el proyecto que inició en octubre de 2019 planeaba concluirse entre junio y septiembre de este año.
Al respecto, el representante vecinal y administrador de la agrupación Juarenses Unidos, Alejandro García, subrayó que en ningún momento las autoridades realizaron algún tipo de estudio de mecánica de suelo, tanto de vibraciones y diseño geotécnico de la cimentación por estaciones.
Tampoco se realizó ningún análisis del impacto económico al comercio, de efectos negativos al desarrollo humano, entre muchas otras violaciones a los derechos humanos de los habitantes de la zona.
“La ley dice que para llevar a cabo una obra pública se tiene que realizar una consulta ciudadana y, para el proyecto del Metrobús, el encargado de la consulta es el Instituto Electoral de la Ciudad de México, pero no solicitaron la opinión ciudadana”, dijo.
Afirmó que antes de la obra en el eje Cuauhtémoc que facilita la movilidad de todos los modos de transporte, la velocidad promedio era de 50, 60 km/h, pero con los carriles ocupados la ruta ahora se reduce en 5 km por hora, denominándolo como “una afectación exponencial”.
Una de las empresas que se beneficiará del proyecto será Cemex, que obtuvo el contrato para la edificación de las estaciones, además de los fabricantes multinacionales de autobuses integrales, Volvo, Dina, Scania, MAN, entre otras, ya que las flotas deben renovarse cada cinco años.
El dirigente vecinal comentó que buscan reuniones con las autoridades de movilidad y el director general del Metrobús, Roberto Samuel Capuano Tripp o algunos de sus colaboradores, pero hasta el momento no han sido recibidos.
En un recorrido por la vía, comerciantes declararon que el Metrobús no es viable como transporte articulado y traerá consecuencias a los microempresarios, que vieron en sus ventas una disminución del 50% al 60% solo en los tres primeros meses de 2020.
Los vecinos propusieron otros medios de transporte y han recolectado más de mil 200 firmas que enviarán al Instituto Electoral local para tener la oportunidad de que Claudia Sheinbaum los escuche y se pueda llegar a una solución viable.
En tanto, los habitantes afectados han mostrado su inconformidad con pancartas y un bloqueo permanente, a pesar de que han recibido amenazas de que van a llamar a los “negros”, similares a los desarticulados cuerpos de granaderos con el fin de que cesen en sus demandas.