Un proyecto que por fin está tomando forma estratégica es la “Plataforma Logística del Pacífico Mexicano”, en una suerte de alianza o consorcio entre los recintos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas (LC), con impacto sobre Latinoamérica.
| Gabriel Rodriguez/opinión |
De hecho, la consolidación de la Plataforma, en el mediano plazo, podría verse incluso más audaz y realista que el propio Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT), a cargo de Rafael Marín Mollinedo.
Y es que la Plataforma que firmaron los gobernadores Ignacio Peralta, de Colima, y Silvano Aureoles, de Michoacán, aunque muy de bajo perfil, podría convertirse en una jugada de primera línea, por las fuertes ventajas geoportuarias y tráficos internacionales de carga que conectan con el lejano oriente.
La iniciativa de cooperación viene acompañada de otra jugada estratégica, la firma del Comité Interinstitucional de Transporte Marítimo de Corta Distancia, que podría ser parte esencial del engrane para que funcione la Plataforma.
Ambos proyectos tienen todo el aval de la Coordinación de Puertos y Marina Mercante, de Héctor López, y de la SCT, de Javier Jiménez Espriú, porque saben que esta alianza puede convertirse en la gran oportunidad del gobierno de la 4T.
De hecho, la semana pasada la mayor parte de los actores económicos de la cadena logística y de puertos se dieron cita en Morelia, en la firma para constituir el Comité Interinstitucional.
Acudieron representantes de la Concamin, de Francisco Cervantes; Canacar, de Enrique González; Amanac, de Adrián Aguayo; Cameintram, de Alejandro García; el ferrocarril Kansas City Southern (KCS), de José Zozaya, así como las operadoras de contenedores: SSA México de Manuel Fernández; APM Terminals de José Rueda; y Hutchison Ports de Jorge Lecona, entre muchos otros.
El Transporte Marítimo de Corta Distancia abarca el cabotaje nacional y de corta distancia internacional. Vale la pena puntualizar que uno de los impulsores más decididos del proyecto ha sido la Comisión de Transporte de Concamin, que preside Felipe de Javier Peña Dueñas.
El convenio también lo firman Guatemala y El Salvador, a fin de desarrollar rutas con escalas en puertos de Centroamérica. La idea es crear grandes complejos de trasbordo en LC y Manzanillo. Desde luego, los puertos de Chiapas y Salina Cruz están invitados a subirse a este consorcio como recintos de escala.
En el golfo, Tuxpan, Veracruz, también forma parte de este acuerdo que principalmente estaría enfocado al tráfico Roll On-Roll Off, en conexión con los puertos de Veracruz, Tuxpan y Progreso, así como recintos centroamericanos.
Las ventajas de la Plataforma son amplias: casi 500 hectáreas en las cuatro Terminales Especializadas de Contenedores (TEC), en ambos puertos, terminales dedicadas para todo tipo de carga, servicios de ferrocarriles de Clase 1 (KCSM y Ferromex), conectividad carretera en autopistas de altas especificaciones.
Adicionalmente, la escala de todas las líneas marítimas globales que conectan los tráficos continentales de América con el lejano oriente, así como la oportunidad de desarrollarse como grandes puertos de trasbordo para Latinoamérica, dan a LC y Manzanillo ventajas competitivas únicas en todo el litoral del Pacífico mexicano.
De hecho, la conexión de LC con el corazón de EE. UU., por medio del ferrocarril Kansas City Southern de México (KCSM), es hoy por hoy un corredor prácticamente sin costuras y altamente competitivo en cuanto a tiempo de tránsito. Además, sus índices de eficiencia superan cualquier opción de tránsito, presente o futura, por los considerables volúmenes de contenedores intermodales que permiten cinco trenes por día.
En las desventajas es donde la SCT con la Coordinación General de Puertos, deberá poner su enfoque a fin de obtener los recursos suficientes para el desarrollo de la autopista LC-Manzanillo e infraestructura adecuada para el manejo de grandes volúmenes de carga por los puertos-ciudad y aeropuertos de primer nivel con suficientes frecuencias.
Sin embargo, el principal reto será convencer al SAT, de Margarita Ríos-Farjat, de no revisar la carga en trasbordo y en cabotaje, por las aduanas que lleva Ricardo Ahued. De ahí depende gran parte del éxito de ambas iniciativas, por ello no es raro que el mandamás de API Manzanillo, Héctor Mora, haya dicho que ojalá y estos temas no sean únicamente política.
Y es que de concretarse esos proyectos, de entrada la expansión de Manzanillo a Cuyutlán quedaría descartada. De hecho, al día de hoy es un proyecto que a nivel central, el gobierno no ve ni en el horizonte y que podría enfrentar muchas iniciativas legales de las operadoras que aún no han amortizado sus inversiones, como la TEC 2.
La Plataforma Manzanillo-LC representa una gran oportunidad para los grandes volúmenes desde y hacia Latam, en conexión con el lejano oriente y tráficos ferroviarios Norte-Sur, así como ventajas reales frente a las necesidades de las cadenas logísticas, ya establecidas en las regiones más dinámicas del país y a nivel geoportuario.