La guerra desatada por Rusia está exacerbando en el mercado una lenta pero progresiva alza en los combustibles de buques, ferrocarriles y camiones.
El cierre de los puertos de Azov y el Mar Negro ha empujado a las navieras a cambiar de dirección hacia largas rutas para la entrega del cargamento, lo que les genera un mayor consumo de combustibles, advirtió Ana Azuara, especialista en Commodities de Grupo Financiero Base.
“Toda la cadena de suministros está siendo afectada actualmente y a medida de que el conflicto armado continúe el precio de los energéticos estará al alza, como sucede con el gas natural que tuvo un incremento de 1,200% en Europa”, dijo Azuara.
Esta volatilidad en los precios se vuelve constante en los energéticos desencadenando una afectación en la capacidad de producción mundial y rutas críticas para la logística.
“El abastecimiento mundial toma un curso impredecible aunado a las presiones inflacionarias y provocará que la cadena de suministro se afecte y repercuta en el consumidor final”, acotó.
Las repercusiones por las sanciones severas impuestas a Rusia provocan la volatilidad de los costos de los energéticos.
“La ruta del Mar Negro y el ferrocarril y las carreteras de Europa a Asia y viceversa se verán afectadas y provocarán retrasos e interrupciones", añadió Bertha Martínez Cisneros, coordinadora de la Licenciatura en Logística Internacional de la Universidad Campus Mexicali.
También se espera un desbordamiento de los puertos chinos y otros nodos de transporte clave para el comercio mundial.
A medida de que se prolongue la agonía del conflicto bélico y la presión de Occidente por “aislar y estrangular a Rusia ya tiene efectos negativos como el atasco del comercio marítimo en puertos, al cerrar las vías aéreas y rutas terrestres” dijo Aribel Contreras, coordinadora de la licenciatura de Negocios Globales de la Ibero.
Edna Herrera
