Hacia finales de la década de los años 60, mi generación todavía disfrutó de un programa dominical encabezado por el actor Enrique Alonso, mejor conocido como Cachirulo, el cual se transmitió por 15 años ininterrumpidos patrocinado por una marca de chocolate en polvo, cuya etiqueta mostraba una locomotora de vapor en caricatura y donde en sus comerciales, se invitaba a los niños a tomar su “chocolatote” mientras disfrutaban del programa denominado “El Teatro Fantástico”.
| Sergio García* |
Sus cuentos incluían reyes, príncipes y princesas, hadas y tenebrosos personajes, pero que siempre, tenían un final feliz con el triunfo del bien sobre el mal.
¿Quién me iba a decir que casi 50 años después, veríamos una nueva representación de dicha serie, pero ahora con una vorágine de cuentos con un final todavía incierto y encabezados por un personaje muy parecido a Cachirulo por su pelo blanco y su facilidad de convencimiento, sobre las cándidas mentes infantiles aún en formación, sustituyendo el chocolatote por un tradicional atole servido con el dedo?
Aprovechando este espacio, intentaremos transmitir a nuestros amables lectores, a manera de cuentos, nuestro sentir sobre algunas de las centenas de historias que nos han sido transmitidas desde la más alta tribuna del país, hoy erigida en el trono de la deleznable representación de un fantasioso “emperador”.
El Reino de Santa Lucía. Este cuento que en su título pudiera ser la historia de una santa, es en realidad una tragedia para nuestro país, la cual seguramente tendrá enormes repercusiones negativas en el sistema de transporte, en la falta de atracción de aerolíneas y turistas y, sobre todo, en el desperdicio de muchos años de planeación y desarrollo del malogrado NAIM, así como en el dispendio y desviación de recursos públicos tan necesarios en otros renglones del quehacer nacional.
En artículos pasados advertíamos, además de su cuestionada operabilidad, que las cuentas del costo del nuevo proyecto, así como su tiempo de construcción, podrían elevarse sustantivamente e incluso rebasar lo que, en términos monetarios, hubiera costado continuar con las obras del NAIM.
Ahora, nos enfrentamos a la cruda realidad. Todos los medios de comunicación respetables condenaron la reciente puesta en escena de la supuesta “inauguración” de la Base Aérea Militar de Santa Lucía como un acto circense orientado a la atracción de votos, donde el “emperador” trataba infructuosamente de demostrar que se había culminado la primera etapa del “Proyecto de construcción del más moderno aeropuerto a nivel mundial”, según su propio cuento.
Las redes sociales no tardaron en comparar la mugrienta pista que sirvió para el aterrizaje y despegue de unas cuantas aeronaves que se prestaron para la farsa, con la agreste superficie del planeta Marte, aprovechando las increíbles fotografías enviadas por la nave Perseverance.
Adicionalmente al deplorable espectáculo ofrecido, en los últimos días, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) se ha manifestado respecto de los hallazgos de graves deficiencias en los supuestos del Análisis costo-beneficio, que no incluyeron consideraciones para generar acuerdos que atraigan aerolíneas; tampoco sobre el rediseño del espacio aéreo ni los cambios en los procedimientos actuales, a fin de hacer viable la operación simultánea del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el AICM y el Aeropuerto de Toluca.
Del mismo modo y debido a que el proyecto es administrado por la SEDENA, esta dependencia se tomó la atribución de mantener en reserva cierta información que no permite determinar la capacidad real del AIFA, ni el detalle de cómo se pretende desarrollar la interconexión vial entre los tres aeropuertos, cuya operación simultánea es aún un tema conceptual, no soportado por estudios técnicos.
La ASF abundó en la necesidad de identificar y cuantificar todos los costos y supuestos beneficios, estimados con base en variables suficientes, sólidas y confiables, así como exponer los riesgos potenciales que permitan determinar la factibilidad técnica, legal y ambiental del proyecto.
Como colofón, advirtió de los riesgos que podrían comprometer el megaproyecto, por la debilidad en las estimaciones de la demanda y potencial de atracción del AIFA, la falta de recursos asignados por parte de la SHCP, -riesgo que se evidencia en el hecho de que a la fecha, sólo se ha autorizado a la SEDENA el 54.3% de los recursos requeridos para el proyecto en el periodo 2019-2021-, y la deficiente claridad en cuanto a los planes, montos y calendarios de ejecución para la conexión del AIFA con la Zona Metropolitana del Valle de México, sumado a la ausencia de especificaciones de cuáles serán los medios de transporte para los pasajeros a fin de conectarse entre las tres terminales. Lo anterior puede ocasionar que el AIFA no entre en operación en 2022, como está planeado, concluyó la ASF.
El Reino de la Peste. Después de soportar casi un año de declaraciones matutinas del “emperador” y las abyecciones vespertinas de su lacayo y bufón, respecto de la falsa gravedad de la Pandemia y de su publicitada domesticación, nos encontramos ahora con un panorama desolador en términos de todas las afectaciones sufridas en los órdenes humano, económico, sanitario, laboral y financiero, que se han traducido en una crítica y cruda realidad con más de 180 mil muertos, el cierre de millones de empresas y negocios, así como la desarticulación total del sistema de salud, ampliamente rebasado no solamente en lo relativo a la atención de pacientes COVID, sino a la sistemática ausencia de tratamientos de otros padecimientos y la falta de suministro de medicamentos, vacunas y protocolos para paliar enfermedades como el Cáncer, la Influenza y el Sarampión entre otros.
A ello se suman la pérdida de millones de empleos y una preocupante situación de las finanzas públicas, así como el endeudamiento de los negocios sobrevivientes y de la población en general.
Todavía recordamos la enorme expectativa que generó la anunciada estrategia que se revelaría el 5 de abril de 2020, para enfrentar la crisis del virus SARS-CoV-2 y donde muchos esperábamos un plan que incluiría a todos los gobiernos de los estados, a la iniciativa privada, a las instituciones y expertos en salud, así como la concurrencia de prominentes figuras nacionales en los temas de economía, empleo y enfrentamiento de crisis.
En su lugar, la ocurrencia del “emperador”, fue la de presentar un intrascendente informe al “pueblo”, que se sumaría a los presentados en julio y septiembre de 2019, con datos vacíos, verdades a medias y flagrantes mentiras y, lo más preocupante, sin ningún planteamiento serio frente a la Pandemia.
La decepción fue mayúscula al comprobar que tanto los gobiernos de los estados como las empresas y el pueblo en general, estábamos solos frente al flagelo. Los acontecimientos subsecuentes sólo han demostrado el desprecio, incapacidad y falta de tamaños del “emperador”, el cual ha insistido en todo ese tiempo en no usar cubrebocas -quizás por algún trauma infantil, cuando seguramente parientes y maestros lo obligaban a callarse, dada su proclividad a mentir desde entonces-, y a no tomar ninguna medida que signifique la restricción de contactos, establecer el orden y la cooperación entre los distintos actores de la vida nacional. Prácticamente abandonó al país a su suerte.
Lo anterior, ha tomado dimensiones indignantes al sumarse la farsa en la adquisición de vacunas y la logística para su recepción, conservación, almacenamiento, distribución y aplicación, que incluye cambios casi diarios en las cifras de compras comprometidas, marcas y anuncios sobre la llegada real de los antígenos.
A ello habrá de agregarse la fallida estrategia de establecer una inútil página de registro de adultos mayores para ordenar supuestamente la vacunación, la cual, sostienen diversas fuentes en las redes sociales, sólo se trató de una estrategia electoral y una cortina de humo para ocultar el hecho de que, del lote original de vacunas de Pfizer recibidas en diciembre de 2020, que supuestamente estaban destinadas al personal de primera línea, se desviaron más de 6 mil dosis catalogadas como “reserva” las cuales al decir de muchos, sirvieron para inmunizar al “emperador” y su corte en doble dosis.
Lo anterior se refuerza con el hecho de los inventos de contagios del propio “emperador”, del comandante de su ejército y del lacayo mayor encargado de la estadística de encamados y muertos, en un intento de ocultar la verdad, mientras que ninguno de los “cercanos” al mandamás sufrió la enfermedad, a pesar de haber convivido con él en los días previos a su anunciado contagio. Seguramente en los próximos días otros políticos se dirán afectados a fin de generar lástima en los ciegos seguidores de sus doctrinas.
En fin, que, por falta de espacio, deberemos presentar los siguientes episodios del Teatro Fantástico en subsecuentes publicaciones, donde les adelantamos se ventilarán cuentos como “El Ejército a sus Cuarteles”, “El Reino de la Luz”, “La Comarca de la Corrupción y la Impunidad”, y “El Reino de Macedonio”, entre otras impactantes historias. Mientras tanto, amables lectores, disfruten su atole caliente servido con el dedo.
**Sergio García Martínez es consultor ferroviario y profesor especializado del ITESM.
(Las opiniones de nuestros colaboradores no representan la posición editorial de Info-Transportes)
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