La manufactura es considerada uno de los pilares más importantes de la economía nacional.

De acuerdo con la Secretaría de Economía y Banco de México, es el sector que más atrae al capital extranjero, debido a que 24 de cada 100 pesos están invertidos en compañías de este ámbito.

Por su parte, la consultora Statista reveló que alrededor del 18% del Producto Interno Bruto (PIB) en México provenía de este sector en 2021; además, se estima que nueve millones de personas laboran en alguna de estas industrias desde la electrónica, automotriz, industrial hasta la elaboración de dispositivos médicos.

A pesar del complicado escenario durante la pandemia, la industria manufacturera se ha mostrado resiliente y ha conseguido impulsar la reactivación económica, incluso a niveles prepandemia, logrando superar factores adversos como: los cuellos de botella en la logística mundial, el mayor impacto por inflación en productos y servicios provocado por las tensiones en la geopolítica actual, los desajustes en los costos de la energía y el desabasto de semiconductores que afecta principalmente al sector automotriz.

“Estamos ante un momento único para innovar a favor del cliente y las cadenas de valor. En Flex, la pandemia nos mostró la importancia de invertir en nuevas tecnologías de manufactura y sobre todo en nuestra gente para evitar interrupciones en el negocio y poder seguir trabajando de forma regular aún en tiempo de crisis”. Comentó David Segura, VP de Operaciones de Flex en Guadalajara.  Situación que empata con el estudio de KPMG International Manufacturing Prospects 2022 que arrojó que el 70% de los ejecutivos de la industria se asegurarán de que su cadena de suministro sea resiliente en el caso de un cierre global o de restricciones de viajes.

En tanto, Oscar de la Parra, VP de Operaciones en Flex Aguascalientes, explicó que durante los dos años de pandemia, la empresa incrementó su capacidad para producir productos para la industria médica, poniendo la salud de sus empleados como principal prioridad además de ofrecerles capacitación continua para acelerar la producción y mejorar controles de calidad, ayudando así a aliviar las necesidades del sector salud pues se les entregaban los productos terminados directamente, por ejemplo: en el caso de las camas de hospital, los sanatorios las recibieron totalmente configuradas para poder utilizarlas lo antes posible.