Un futuro incierto para trenes de pasajeros

El miércoles pasado, Andrés Manuel López Obrador esbozó su plan para reactivar los servicios de trenes de pasajeros, aunque según sus propias palabras, prácticamente su gobierno no iniciará el desarrollo de ninguna de las siete líneas ferroviarias que había propuesto.

 

Durante la conferencia matutina, Obrador dijo que se percató apenas hace 6 meses de que los trenes de pasajeros también podrían correr por las vías concesionadas a los trenes de carga, un descubrimiento hasta cierto punto positivo, porque de esa forma no se echó abajo una de las industrias más competitivas de México.

 

Es por ello que la narrativa del de Macuspana puede decirse que bajó de tono cuando le preguntaron si ya tenía respuestas de los empresarios, a lo que respondió dentro de una explicación más amplia:

 

-“Sí, hay algunos que van a participar. Estamos en eso.”
-“Pero antes de irnos ya vamos a dejar el proyecto. Imagínense lo que significa hacia el futuro.”
-“Nada más que ya nosotros no podemos iniciar el proyecto, pero sí dejar los lineamientos generales, o el anteproyecto.”

 

Las principales palabras del gobernante que marcaron el segmento dedicado a los trenes de pasaje fueron estas:

 

-Dejar el proyecto
-Futuro
-No podemos iniciar
-Dejar lineamientos
-Anteproyecto

 

Más allá de una iniciativa sumamente costosa y compleja desde los puntos de vista técnico, económico, legal y operativo, también se puede apreciar que López Obrador ya tiene noción acerca de la planificación necesaria, los plazos para llevar a cabo los proyectos de ingeniería, así como lo más importante, para reactivar los trenes de pasajeros, el nivel de inversiones y subsidios estatales requeridos en 18 mil kilómetros de vías.

 

No es un secreto que año tras año, el Tren Suburbano operado por la empresa española CAF recibe un mega subsidio de la banca de desarrollo, específicamente de Banobras. Esta subvención tiene como objetivo mantener la competitividad de la tarifa, a pesar de tratarse solo de una línea aproximada a 13 kilómetros.

 

Desde luego, como es común en cualquier negocio privado, los cinco concesionarios que presentaron sus propuestas al secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, Jorge Nuño, están haciendo uso del "derecho del tanto" o algo similar, al ser socios del gobierno en el Derecho de Vía, asegurando de este modo, el control sobre el desarrollo de un posible sistema combinado de carga y pasaje.

 

Pese a todo, en este momento resulta prematuro prever el desenlace de estas propuestas, lo que posiblemente podría derivar en otra iniciativa legal del mandatario, cuyo cumplimiento ya no dependerá de este gobierno. En cualquier caso, será necesario esperar hasta el 5 de febrero para conocer los términos en que López Obrador presentará al Congreso el plan ferroviario de pasajeros.

 

Así que será el próximo gobierno, sea quien sea el ganador, el que realmente decida si habrá líneas de pasajeros o si el proyecto se convierte en otra "obra maldita", como se dice del Tren México-Toluca.

 

Por Gabriel Rodríguez/ Opinión

 

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