CIUDAD DE MÉXICO.- Al concluir la sexta ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se lograron algunos avances en el nuevo capítulo sobre la lucha contra la corrupción.
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Sin embargo, quedan pendientes los temas más espinosos como el de la industria automotriz y la de autopartes, lo que representa un gran desafío para el futuro de las negociaciones del tratado entre EE. UU., Canadá y México.
Durante una conferencia de prensa conjunta, los representantes de las tres partes reconocieron que se han logrado algunos avances, pero que los retos complicados aún están por delante.
El secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo Villarreal mostró un tono positivo al decir que se alcanzaron avances sobre temas de lucha contra la corrupción, telecomunicaciones y facilitación comercial, entre otros, a pesar de los "desafíos sustanciales" para las futuras negociaciones del TLCAN.
"Para la próxima ronda, todavía tenemos desafíos sustanciales por solucionar. Ya que los avances logrados hasta ahora nos ponen en el camino correcto de crear zonas de aterrizaje para concluir pronto las negociaciones", dijo.
Las discrepancias entre Washington y Ottawa
Antes de la última ronda de negociaciones Canadá presentó el mes pasado una denuncia comercial en el Centro de Comercio Mundial al reclamar que las malas conductas de EE. UU., han afectado no sólo a Canadá, sino también a muchos otros socios comerciales como China, la India, Brasil y la Unión Europea. Las conductas incluyen los aranceles ‘antidumping’ y anti-subsidios adoptados por los estadounidenses.
"Los canadienses no toman el libre comercio como un juego de suma cero en el que una parte debe perder para que la otra gane", indicó la ministra de Asuntos Exteriores canadiense, Chrystia Freeland.
El representante comercial de EE. UU., Robert Lighthizer, calificó la denuncia comercial como algo "sin precedentes" y un "ataque masivo contra todas las leyes comerciales".
Canadá también formuló dos propuestas para abordar las disputas comerciales con EE. UU., incluida una de reglas de origen del sector automotriz, dirigida a satisfacer la demanda estadounidense de elevar el porcentaje de piezas producidas en los tres países del actual 62.5% al 85% y de garantizar más de un 50% de piezas producidas en EE. UU.
Sin embargo, Lighthizer rechazó la propuesta canadiense de extender la gama de piezas producidas de los tres países e incluir la propiedad intelectual y nuevas tecnologías, como los vehículos eléctricos y los autónomos, explicando que "así conduciría a un menor contenido regional del que tenemos ahora, a menos empleos en la Unión Americana, Canadá y sobre todo en México".
Por su parte, Freeland defendió la propuesta, diciendo que está preocupada por "el desmantelamiento de las cadenas de suministro transfronterizas, que han hecho de nuestra industria automovilística la envidia del mundo", dijo.
A pesar de las fricciones y diferencias, las tres naciones esperan lograr más progreso en la próxima ronda de negociaciones a celebrarse en México del 26 de febrero al 6 de marzo.